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sábado, 11 de octubre de 2014

Tú Puedes Cambiar tu Destino. 2 Crónicas 29

Existen dos tipos de personas, las que fracasan y las que obtienen el éxito, el secreto para fracasar es no intentarlo, plantearse obstáculos imaginarios, no disponer de constancia y mente positiva, en si el secreto es tenerle miedo al triunfo. 
A diferencia de las que obtienen el éxito que son las que se atreven a comenzar haciendo un análisis comparativo de lo que se pierde o lo que se ganara. 
Dios no te hizo para ser un fracasado pero el serlo o no es tu decisión.
De este modo las personas exitosas no nacen, más bien se hacen cuando empiezas dando su primer paso al camino del éxito por muchas barreras que existan en el mismo. 
Las personas que fracasan, generalmente se lamentan al final, preguntándose ¿Por qué no se atrevieron a comenzar? y aquellas que obtienen el éxito exclaman ¡ojala me fuera llegado la oportunidad antes! 
El hecho de que alguien provenga de una familia pobre o llena de problemas no quiere decir que él tenga que vivir la misma situación. Nuestro destino no está marcado por los actos de los demás.
Como cambiar una cadena de fracasos por una cadena de éxito.
1. Reconoce los errores de tus antepasados o los tuyos en el pasado. V 6 “Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas.
2. Acepta que el obrar mal genera graves consecuencias. V 8-9 “Por tanto, la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén, y los ha entregado a turbación, y a execración y escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos.
29:9 Y he aquí nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados cautivos por esto.
3. Toma la decisión de cambiar. V 10 “Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira.” la determinación de como quieres vivir es tuya.
4. Renuncia a todo lo malo que hayan hecho tus antepasados o que hayas hecho tú mismo en el pasado. V 5 “Y les dijo: ¡Oídme, levitas! Santificaos ahora, y santificad la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia.
5. Actúa de acuerdo a lo que anhelas. V 3 “En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó.” el mundo de los fracasados está lleno de personas soñadoras que nunca actuaron.
6. Acepta que el obrar mal genera graves consecuencias. V 8-9 “Por tanto, la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén, y los ha entregado a turbación, y a execración y escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos. 29:9 Y he aquí nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados cautivos por esto.
7. Estar dispuesto a pagar un precio tanto en lo espiritual como en lo secular. V 28 “Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las trompetas; todo hasta duró hasta consumirse el holocausto” El precio en algunos casos puede ser económico pero también debes estar dispuesto a dejar la pereza, el desánimo, el orgullo. Etc. Cada quien tiene una manera de pagar.
8. Esfuérzate y se valiente. Solo los valientes son capaces de tomar la decisión de cambiar, pagar un precio y nunca desmayar. Josué 1: 6 “Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
En lo espiritual la única forma de cambiar el destino de destrucción para dónde va el cristianismo es si nos atrevemos a sacar la inmundicia con que se han llenado muchas iglesias por el afán de crecer y ser protagonistas. V 16 “Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón.
No importa de qué familia provengas sea muy pudiente o muy pobre esto no determina que tu vivas igual. La decisión de cómo quieres vivir es tuya. Tú determinas como quieres que sea tu destino. Jesucristo te puede ayudar si tú tomas la decisión de cambiar.